19 de noviembre de 2014
Para mi segundo día en el
colegio todavía seguía ansiosa, aunque ya lo conocía esta vez iba a tener un
contacto más cercano con los estudiantes ya que estaría todo el día con ellos.
El año escolar acaba de empezar y el colegio ha tomado la decisión de cambiar
su maya curricular por una nueva, por esta razón los maestros todavía no tienen
estructurada su planeación, ni siquiera existe un horario. Cuando me veo con la
maestra Victoria –maestra cooperadora- ella me cuenta que como no existe ningún
horario todo el día vamos a dedicarnos a reforzar matemáticas básicas. Este
revelación logró asustarme demasiado, ¿matemáticas? ¿Yo? ¿Qué ni siquiera
recuerdo dividir?, definitivamente lo mío siempre han sido las humanidades.
La interacción con los
estudiantes para mí siempre será la mejor parte de todo lo que lleva esta
primera práctica y aunque en inicio este actividad de refuerzo me atemorizó me
di cuenta que mediante esta interacción me fui relajando y refrescando poco a
poco mis pocos conocimientos matemáticos.
En este día también pude
observar las dinámicas escolares en espacios como el recreo, conocí las
prohibiciones del colegio, los lugares donde no es permitido estar, que por
alguna razón es donde prefieren estar los alumnos; noté como para los
profesores es un dolor de cabeza tener que quedarse en el recreo en ciertas
zonas del patio cuidando a los alumnos, sus comentarios y gestos los
evidenciaban.
Aunque en este día no
trabajamos precisamente lenguaje que es mi saber específico, fue un día que
disfruté y en el que además puede verme un poco más inmersa en este contexto
escolar.
Sara
Rios Cardona